La Perfecta Voluntad de Dios
Romanos 12:2
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Cuando estábamos sin Dios, hacíamos lo que creíamos correcto, tomando decisiones sobre nuestra vida y sobre los demás sin medir muchas veces las consecuencias. Hoy, muchos llevan el lema de “tú eres dueño de ti mismo y de tus decisiones”, proclamando que nadie tiene derecho a decirte qué hacer o decir. Los jóvenes, sin mayor experiencia de vida, deciden caminos importantes sin buscar consejo, y mucho menos a Dios.
La Biblia nos enseña que ya no nos pertenecemos a nosotros mismos, sino que somos hijos de Dios. Al ser Sus hijos, nuestra voluntad debe estar sometida a la de Él y no a la nuestra. Pero… ¿realmente entendemos esto?
¿Qué no dice la Biblia acerca de la perfecta voluntad de Dios?
- No dice que la voluntad de Dios sea confusa o inalcanzable.
La Palabra nunca la presenta como algo imposible de conocer. Al contrario, se nos anima a buscarla y vivir en ella (Romanos 12:2).
- No dice que la voluntad de Dios siempre será fácil o cómoda.
Aunque es buena, agradable y perfecta, no significa que no haya pruebas o sufrimiento. Jesús en Getsemaní aceptó la voluntad del Padre, a pesar del dolor (Mateo 26:39).
- No dice que la voluntad de Dios se adapte a nuestros deseos.
Muchas veces contradice lo que queremos en lo humano, porque Sus pensamientos son más altos que los nuestros (Isaías 55:8-9).
- No dice que la voluntad de Dios dependa del azar o de la suerte.
Todo está bajo Su control soberano; nada ocurre fuera de Su conocimiento.
Una historia que refleja la perfecta voluntad de Dios
La vida de José en Egipto (Génesis 37–50) es un ejemplo claro:
- Fue vendido por sus hermanos, acusado injustamente y encarcelado.
- Humanamente, parecía un desastre, pero Dios estaba obrando.
- Al final, José llegó a ser gobernador de Egipto y salvó a su familia del hambre.
Él mismo lo reconoció en Génesis 50:20: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.”
La perfecta voluntad de Dios puede pasar por procesos duros, pero siempre cumple un propósito mayor y glorioso. Lo que otros ven como pérdida, Dios lo convierte en victoria.
Buscar la voluntad de Dios en oración
Muchas veces justificamos nuestras decisiones diciendo: “Dios lo permitió”. Y en cierto modo es verdad, pero eso no significa que haya sido Su perfecta voluntad.
La única manera de saber y andar en la perfecta voluntad de Dios es buscarla en oración. Es la única manera. Allí pedimos dirección y debemos esperar Su respuesta, porque Él es fiel y oye a Sus hijos:
1 Pedro 3:12 “Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones…”
Esto no significa que siempre será un “sí”. A veces será un “no”, pero esa, también, es Su perfecta voluntad.
¿Cómo conocer la perfecta voluntad de Dios según la Biblia?
1. Por la Palabra de Dios
La Escritura es la guía principal.
- Salmo 119:105: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.”
- Todo lo que contradiga la Biblia no puede ser voluntad de Dios. Jesús usó la Palabra para rechazar la tentación (Mateo 4:4).
2. Por la renovación de la mente
- Romanos 12:2 nos recuerda que, al renovar nuestro entendimiento, aprendemos a discernir lo que viene de Dios. Esto implica orar, meditar en la Palabra y rechazar la influencia del mundo.
3. Por la dirección del Espíritu Santo
- Juan 16:13: “Cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad…”
- El Espíritu da convicción, paz o inquietud respecto a nuestras decisiones. Ejemplo: Pablo fue impedido por el Espíritu de predicar en Asia y dirigido a Macedonia (Hechos 16:6–10).
4. Por la oración y la obediencia
- Jesús en Getsemaní nos enseñó a orar: “…no sea como yo quiero, sino como tú” (Mateo 26:39).
- Orar con un corazón rendido nos prepara para aceptar Su voluntad sobre la nuestra.
5. Por los frutos y la confirmación
- Santiago 3:17: “La sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna…”
- La voluntad de Dios siempre produce paz, justicia y fruto espiritual.
- También puede confirmarse por consejeros piadosos (Proverbios 11:14).
Si tienes un plan en tu corazón y quieres que Dios esté en medio de él, habla con Él primero. Pregúntale en oración y no te muevas hasta que tengas la certeza de que fue Dios quien lo aprobó.
Y recuerda: cuando hablamos de planes, no se trata de engrandecer nuestro bolsillo o buscar gloria humana, sino de propósitos en Cristo.
Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
Todos tenemos metas en la tierra; necesitamos vivir y avanzar en este mundo. Pero nunca debemos poner nuestros planes personales por encima de los de Dios. Si lo hacemos, corremos el riesgo de detener los propósitos que Él tiene para nosotros y nuestra familia.
Siempre recuerda: Dios ve desde el futuro, mientras que nosotros solo vemos desde el presente.
Pastor Emilio Pereira