Missionary Pentecostal Church

 

Seguir a Cristo: Una Decisión

Existe una historia que ha tenido mucha trascendencia no solo porque ha sido transformada en alabanza sino por lo poderosa que es “La Decisión”:

La Historia Detrás de “He Decidido Seguir a Cristo”

“He decidido seguir a Cristo” no es solo un himno, es un testimonio de fe ante la muerte.

Esta poderosa alabanza cristiana tiene su origen en Assam, India, en el siglo XIX. Fue inspirada por las últimas palabras de un hombre que se había convertido al cristianismo junto a su esposa e hijos, gracias al trabajo de misioneros galeses. El jefe de la aldea les exigió que negaran su fe o serían ejecutados.

Pero este hombre respondió con firmeza y valor: “He decidido seguir a Cristo. No vuelvo atrás.”

Cuando mataron a sus hijos, dijo: “Aunque nadie venga, yo le seguiré.”

Y al perder también a su esposa, declaró: “La cruz delante, el mundo atrás.”

Finalmente fue ejecutado, pero su historia no terminó allí. Su fe conmovío tanto al jefe de la aldea, que él mismo se convirtió a Cristo, y muchos más le siguieron.

La letra de este himno fue traducida posteriormente al inglés y se difundió por todo el mundo. Hoy se canta en iglesias de todas las naciones como una declaración de entrega total a Jesús.

La Importancia de tomar una decisión firme

Muchos que han llegado a Cristo, llegan de diferentes maneras y motivos: algunos movidos por el arrepentimiento, otros por enfermedades incurables, otros por sentirse aceptados, y otros porque nacieron en un hogar cristiano. Pero la Palabra de Dios establece claramente dos pasos: Arrepentirse y Convertirse.

Hechos 3:19 (RVR1960): “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.”

Vamos a centrarnos en el Arrepentimiento: ¿Qué significa arrepentirse según la Biblia?

En el Antiguo Testamento (Hebreo):

La palabra principal es shûb (שׁוּב), que significa: volver, regresar, dar la vuelta, cambiar de dirección.

Ezequiel 18:30: “Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina.”

En el Nuevo Testamento (Griego):

La palabra es metanoeō (μετανοέω)cambiar la mente o el pensamiento.

Hechos 3:19: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados…”

Metanoeō no es solo sentir tristeza, sino cambiar la manera de pensar y actuar hacia Dios. Es una transformación interna, profunda y voluntaria.

La Responsabilidad de la Decisión

Aceptar a Cristo es una decisión seria que conlleva una gran responsabilidad. No se trata de repetir una oración, sino de permitir que Dios coloque su sello en ti y tomar el compromiso de representar a Cristo.

Mateo 7:21: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”

Muchos asisten a la Iglesia cada semana, cantan, dicen Amén, pero no cultivan una relación personal con Dios. No buscan su voluntad ni desean obedecerla. Pero esa es la responsabilidad que conlleva la decisión de seguirle.

Debes saber que cuando decidiste seguir a Cristo, tu familia también fue incluida. Ya no te perteneces a ti mismo, ni al mundo. Le perteneces a Cristo, quien te compró con su sangre.

Tus deseos personales deben ser reemplazados por los de Dios. Una vez, una persona en Bellingham, WA, me preguntó: “¿Por qué decidió dejar todo para venirse a Estados Unidos?” Mi respuesta fue: Por obediencia a aquel que me llamó.

Pasé por un proceso muy difícil junto a mi familia, y le prometí a Dios: Señor, si tú logras este milagro, donde tú me envíes, allí yo iré.

La responsabilidad de tu decisión es una promesa de vida. Aunque la Biblia declara que el único que cumple siempre sus promesas es Dios, cuando nosotros somos infieles, él permanece fiel.

2 Timoteo 2:13: “Si fuéramos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.”

Sin embargo, esa promesa quizás sencilla que hemos hecho, puede ser a su vez muy profunda, que llegue hasta los cielos, sea escuchada por el Señor, logremos moverlo a misericordia y tengamos parte en su reino y mientras vivamos en la tierra, también gocemos de sus beneficios, que no necesariamente son materiales, sino más bien espirituales, y que nos traen esa paz tan deseada, que el dinero ni las comodidades pueden comprar.

Si estás leyendo este artículo, déjame decirte, que nada material comprará la paz que anhela tu corazón, y que cuando estás triste y angustiado/a, la decisión de haberle servido a Él, te ayudará a recordar que este Dios es Fiel y no estás solo/a, sino que siempre estará a tu lado.

 

Pastor Emilio Pereira

 

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